jueves, 11 de noviembre de 2010

La Tía Histo Rica, en La Mancha # 16






¡Que tal amigos de La Mancha!
De pronto recordé que cuando era una niña, yo vivía en Conchalí, cerca estaba el cerro Santa Rosa donde hoy es el sector de Santa Marta y Santa Rosa de Huechuraba. Cerca de allí aun se encuentra una piscina llamada Mirasol que hoy en día se conserva tan linda como siempre y con hermosos prados.
También recuerdo un mito, ya que había un tranque donde de vez en cuanto morían jóvenes ahogados: decían que los habían atrapado “los cueros”,
Se suponía que estos eran animales muertos y que después de un tiempo los cueros cobraban vida y le succionaban la sangre a las personas que caían al tranque.
Y esto me lleva ahora a contarles una leyenda chilota.



El Cuero o Manta

Este ser acuático dicen los que lo han visto, “es como una piel de vaca con afiladas garras”. Adelante en la parte de la cabeza tiene dos gruesos tentáculos que terminan en ojos. En el centro del cuerpo posee una gran ventosa succionadora.
Permanecen escondidos bajo las aguas de las lagunas de fondo fangoso o en los lugares donde se empozan los ríos.
La piel que parece un poncho flotando entre dos aguas, apresa y arrastra al fondo de lagunas o ríos a quienes se bañan o introducen en lugares prohibidos por la tradición.
Algunos nos dicen que salen de las lagunas o ríos y arrastran al fondo de las aguas oscuras a los animales que pastan en las cercanías. Personas afirman esto, porque han encontrado cadáveres de animales sin sangre.
La creencia popular afirma que este animal acuático existe en las lagunas de Puchilco, Quinched, en los ríos de la Cordillera de Piuche, en el rio Gamboa…
La gente que vive cerca del rio Gamboa cuenta “…aquí han desaparecido bañistas y mujeres que acudían a lavar ropas, que fueron atrapados por una manta”, y que cuida junto a un camahueto la entrada al túnel que esconde las riquezas de los Jesuitas, que no pudieron llevarse cuando fueron expulsados de Chiloé en el año 1767.
“En Chanquín , se cuenta que una vez una mujer fue a mariscar a la playa llevando en brazos a su pequeño hijo. Al llegar al borde de las aguas vio, que extendido al sol, había un hermoso Cuero. Contenta con este hallazgo, acostó a su guagua en él y luego se dirigió a mariscar.
Cuando entraba al agua escucho llorar a su pequeño. Al volver el rostro, vio con horror que el cuero se movía y enrollándose envolvía a la criatura. La madre paralizada por el horror no atino a hacer nada y el Cuero, dando veloces vueltas, se metió a las aguas para desaparecer sin dejar rastro. El viento se llevo los gritos y el llanto desesperado de la madre, que hecha una loca fue encontrada corriendo junto al mar”.
Para destruir a un Cuero hay que lanzarle matas de calafate, al envolverlo por sus espinas morirá.


Sacado del libro “Magia y brujería en Chiloé”
Autor; Juan mancilla Pérez

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