miércoles, 23 de septiembre de 2009

LA NIÑA / Este texto lo publiqué en La Mancha # 2





Dedicado a mi madre Rosa López Flores


Ahi estaba la niña,
sentada en la silla.
Silla de mimbre o paja
testigo de su propia pesadilla.
Orines que corrían
lágrimas que caían.

Luego, en otro lugar
la madre vaciaba sus pechos.
Dejó la leche en aquél hospital sombrío.

La niña en la silla
muerta de frío,
le quitó el alimento otro niño
recién nacido.

El niño ha quedado dormido,
la madre con dinero
y la niña, en el suelo dormida.

La misma niña ha crecido,
no sabía quién le robaba la leche
hasta que a su padre vio correr
al baño varias veces.
Con la ayuda de la “pichoga” lo descubrió.
Pilló al ladrón,
salvó su leche.

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